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lunes, 7 de octubre de 2024

Implementar la Soberanía Alimentaria en nuestra vida cotidiana

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA AYUDAR A LA SOBERANÍA ALIMENTARIA?

Autora: Angélica Chin Wo Camacho

Después de haber introducido un poco acerca del vasto tema de la soberanía alimentaria y las dinámicas de género que influyen tanto en la producción agrícola como en las prácticas de consumo, surge la pregunta: ¿Cómo podemos implementar la soberanía alimentaria en nuestra vida diaria?

La soberanía alimentaria no es solo un concepto teórico, sino una invitación a tomar acciones concretas que fomenten la autonomía y la sustentabilidad en nuestro sistema alimentario. Para encaminar a los individuos hacia este objetivo es necesario “mejorar el bienestar de las personas agricultoras y consumidoras, fortalecer la autonomía de los sistemas de producción local, y controlar la compra indiscriminada de productos baratos que compiten con la producción nacional" (Hernández et al., 2020,p.15).



Desde nuestras decisiones diarias en el hogar, hasta iniciativas comunitarias son algunas de las formas de contribuir. En este blog, te presentaremos ideas prácticas y accesibles que puedes aplicar tanto a nivel individual como colectivo, las cuales te permitirán involucrarte activamente en la implementación de la soberanía alimentaria en diferentes ámbitos del día a día. Algunas acciones prácticas incluyen:

La soberanía alimentaria puede implementarse mediante diversas acciones que promuevan hábitos de consumo responsables, el apoyo a la producción local y la educación sobre sistemas alimentarios sostenibles. Estas acciones pueden aplicarse en el hogar, el ámbito laboral, el educativo, y la comunidad, fortaleciendo la soberanía alimentaria en todos los niveles de la sociedad. En el hogar, las familias pueden priorizar la compra de productos locales y de temporada, incorporar una planificación cuidadosa de las compras, eligiendo alimentos cultivados de manera sostenible y orgánica, prestar atención al almacenamiento y la cocción de los productos,  reducir el consumo de alimentos ultra procesados e importados, y participar en huertas familiares o comunitarias. Estas acciones también contribuyen a minimizar el desperdicio de alimentos y fomentar un consumo más sostenible.

A nivel comunitario, es posible promover la producción y el consumo local de alimentos por mediante la organización de mercados, ferias agrícolas, cooperativas o redes de consumo en espacios públicos o terrenos disponibles donde las y  los agricultores locales ofrezcan productos, así como colaborar con gobiernos locales y organizaciones para implementar políticas que fortalezcan redes de cooperación y educación alimentaria tales como talleres y actividades comunitarias que contribuyen a sensibilizar a las personas sobre la importancia de consumir alimentos frescos y apoyar la producción local.

En el ámbito educativo, este juega un papel fundamental, ya que su implementación permite expandir la conciencia sobre la importancia de que los países o comunidades controlen su propia producción de alimentos, preserven sus culturas alimentarias y promuevan sistemas agrícolas sostenibles y justos. Por lo que integrar la soberanía alimentaria en los currículos escolares y fomentar el aprendizaje práctico mediante huertos y proyectos de investigación ayuda a concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de un sistema alimentario sostenible, así como para que el estudiantado comprenda la relación entre la producción de alimentos, el medio ambiente y la justicia social, y participe en espacios prácticos de aprendizaje que fomenten la aplicación e investigación sobre el impacto de la producción industrial de alimentos en la salud y el medio ambiente Asimismo, en universidades y espacios académicos, se pueden organizar foros y promover el activismo estudiantil en favor de la producción local y el consumo responsable. Es fundamental facilitar el intercambio internacional, incentivar el activismo y voluntariado en comunidades rurales, y premiar proyectos estudiantiles que fortalezcan la producción y el consumo responsable a nivel local.

En el ámbito laboral, las empresas pueden implementar programas de bienestar alimentario que promuevan hábitos saludables y sostenibles a través de talleres, charlas, asesorías nutricionales y campañas sobre prácticas alimentarias, así como de sensibilización y educación sobre el consumo responsable. Esto puede contribuir a generar una cultura organizacional comprometida con la sostenibilidad. Es fundamental promover la compra de productos locales en cafeterías y eventos, e integrar la sostenibilidad alimentaria en las políticas de responsabilidad social corporativa, asociándose con proveedores locales que compartan los principios de la soberanía alimentaria. También es importante reducir el desperdicio de alimentos mediante compostaje, donaciones y otras estrategias. En definitiva, organizar ferias de alimentos locales, charlas sobre el impacto del consumo responsable y crear iniciativas sostenibles tanto dentro como fuera de la empresa refuerza este compromiso, generando un impacto positivo tanto interno como externo.

Finalmente, es fundamental abogar por políticas públicas que favorezcan a los pequeños y medianos agricultores, otorgándoles acceso a recursos para una producción sostenible, así como involucrarse en movimientos sociales que defiendan los derechos de los agricultores y rechacen prácticas perjudiciales como la deforestación y la explotación laboral.

Fuente: https://images.app.goo.gl/rEH17UKWZvE28oDq5

Para implementar la soberanía alimentaria, el primer paso es fomentar la producción y el consumo local de alimentos, apoyando a pequeños agricultores mediante incentivos para cultivos sostenible y agroecológicos. Esto incluye políticas que faciliten el acceso equitativo a recursos productivos, especialmente para grupos marginados como mujeres, comunidades indígenas y jóvenes en zonas rurales. Es importante la apertura de espacios tales como ferias y mercados donde las personas agricultoras ofrezcan sus productos directamente reduciendo la dependencia de importaciones.

Además, la incorporación de programas educativos que resalten la importancia de consumir alimentos locales, nutritivos y sostenibles, así como ofrecer capacitación a las personas agricultoras en la diversificación de cultivos, protección de semillas autóctonas y en prácticas agrícolas sostenibles. Fomentar el consumo y el comercio justo, junto con la integración de una perspectiva de género que empodere a las mujeres rurales en la producción y distribución de alimentos, garantizando su acceso a recursos como tierra, financiamiento y capacitación y su participación en decisiones agrícolas. 

Lecturas de apoyo:

¿Cómo se puede implementar la soberanía alimentaria en la práctica?
¿Cómo se puede implementar la soberanía alimentaria en la práctica?

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Hernández, J., García, T., & Carazo, E. (2020). Seguridad y Soberanía alimentaria. CICDE. https://cicde.uned.ac.cr/images/educacion/seguridad_soberania_2020.pdf